El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha informado que en los dos primeros meses de 2018 España ha gestionado ciberincidentes en infraestructuras críticas por un total de «125, 53 en enero y 72 en febrero; prácticamente el doble que los 63 detectados en 2014».

La tipología más numerosa en los ciberincidentes en infraestructuras críticas gestionados ha sido el intento de escaneo de red, seguida por el ataque con «malware»; el acceso no autorizado, el «spam» o el robo de información.

La Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía y el Departamento de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil son los encargados de hacer frente a los ciberdelitos más graves.

Agentes generalmente jóvenes y con estudios universitarios o de carácter técnico (Ingenierías, Matemáticas, Física, Técnicos Informáticos, etc…) no sólo se encargan de responder a delitos graves como la pornografía infantil, las estafas, aquellos contra los sistemas informáticos o la propiedad intelectual, sino que estudian las ciberamenazas para los usuarios de las nuevas tecnologías.

Así pues, a los cientos de investigaciones y detenidos por ambas unidades centrales hay que sumar su trabajo estratégico en la prospección de vulnerabilidades informáticas específicas, en la anticipación en un mundo delictivo en constante evolución. Para ello cuentan con medios de investigación avanzados, secciones técnicas y de desarrollo y laboratorios de ciencias forenses especializados en evidencias digitales. También son apoyados por unidades descentralizadas en todas las comunidades autónomas y provincias que se encargan de casos de menor entidad.

Además de los fraudes y estafas informáticos, por ejemplo en el uso de tarjetas bancarias o en transacciones de comercio electrónico, otros de los delitos de los que principalmente se encargan los ciberagentes son las amenazas o coacciones contra las personas. En este sentido se encargan de vigilar las redes sociales.

Ciberterrorismo

El CNPIC (Centro Nacional de Protección de Infraestructuras y Ciberseguridad) de la Secretaría de Estado de Seguridad da protección frente a ciberataques a sectores estratégicos como electricidad, agua potable, sanidad, transporte, telecomunicaciones, petróleo o alimentación.

Consciente de la importancia de la ciberseguridad en la protección de las infraestructuras críticas, el CNPIC ha potenciado líneas de actuación que abarcan el establecimiento de medidas preventivas, de detección y de respuesta frente a incidentes de ciberseguridad, prestando especial atención a los ataques deliberados.

El fenómeno de las «fake news» es otra de las líneas de acción prioritarias que esta agencia está comenzando a abordar, de la mano de otros organismos del Estado, enmarcada en el ámbito de la lucha contra las amenazas híbridas.

Para luchar contra el fenómeno de la ciberdelincuencia en su conjunto, la prevención del delito y la cooperación internacional resultan dos herramientas indispensables. Por un lado, profundizar en la divulgación de pautas de seguridad y en la concienciación sobre los peligros de las nuevas tecnologías busca provocar que los usuarios cuenten con la información necesaria para poder aumentar sus propias medidas de seguridad y ser más precavidos frente a sitios web, correos electrónicos o archivos sopechosos.

Tanto la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional como el Departamento de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil participan muy activamente en los Grupos de Trabajo contra la ciberdelincuencia de Europol y de Interpol para Europa y Latinoamérica. De hecho, policías y guardias civiles no sólo se forman constantemente en foros internacionales, sino que son requeridos para impartir formación en todo el mundo.

 

Fuente: latinpress.es