Recientemente, la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) del Instituto Nacional de Ciberseguridad ha catalogado un nuevo delito cometido a través de las TIC´s.

Según el INCIBE, el psicohacking es la aplicación de métodos científicos con el fin de que las personas puedan alcanzar o mejorar su estado de ánimo o sus sentimientos (por ejemplo, la felicidad, la concentración o la paz). Además, buscan compartir y comparar sus resultados con otras personas para elegir la mejor estrategia y alcanzar el fin que persiguen. En otras palabras, persiguen decodificar el proceso del pensamiento humano.

Se aprovechan de las herramientas que usamos a diario, como pueden ser el correo electrónico, la mensajería instantánea, el teléfono o las redes sociales

Los psicohackers realizan experimentos entre ellos mismos sin el uso o la influencia de factores externos (fármacos, marketing comercial, etc.) y sin la supervisión de equipos de investigación (médicos, científicos, etc.). Se valen de programas informáticos con los que observan tendencias simulando estudios de comportamiento humano ante determinadas situaciones.

Dentro del psicohacking se encuentra el término de ingeniería social, que podemos definir como un conjunto de trucos y estrategias y añagazas usadas de forma consciente para manipular al usuario haciendo que el engaño o fraude parezca lo más creíble posible y así poder lograr los objetivos que desean.

Por ejemplo, para que abra un archivo que infecte su dispositivo o facilite información personal con el fin de acceder a sus cuentas bancarias, y el ciberdelincuente pueda utilizar esta información para realizar compras o utilizar dicha información para construir identidades falsas y estafar a otras personas.

Para llegar a las víctimas, se aprovechan de las herramientas que usamos a diario, como pueden ser el correo electrónico, la mensajería instantánea, el teléfono o las redes sociales, y así conseguir su objetivo de forma fácil y rápida.