España como cualquier país es víctima de la ciberguerra. En dos años el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) ha registrado un aumento de estos incidentes informáticos del 140% . En 2017 hubo más de 120.000, de los que un 1% son considerados críticos, es decir especialmente virulentos contra infraestructuras clave del estado y empresas de gran valor estratégico. El aumento de estas agresiones es una de las principales razones por las que el Partido Popular lleva dos años trabajando en una iniciativa legislativa para el nacimiento de la ciberreserva. Primero desde el Gobierno, ahora desde la oposición.

El registro de esta Proposición de Ley está previsto este martes. El nombre oficial de este cuerpo de civiles destinado a pelear en el ciberespacio es Reserva Estratégica de Talento. Una búsqueda de voluntarios con perfiles aptos para la lucha en el denominado quinto dominio, el campo de batalla del siglo XXI. Desde hackers hasta ingenieros, matemáticos o abogados.

Países como Holanda Estados Unidos y Reino Unido ya han desarrollado legislaciones similares. El caos provocado en la primavera de 2017 por el virus WannaCry al infectar 141.000 ordenadores de todo el mundo hizo saltar las alarmas en España y dio un impulso renovado a esta iniciativa. Como ya publicó este diario en mayo de ese año, la ciberreserva se crearía con el fin de ayudar al Ministerio de Defensa a hacer frente a situaciones que afecten a la Seguridad Nacional.

«El objetivo es que en caso de una crisis de envergadura los voluntarios puedan estar disponibles de inmediato. Todos bajo el Mando Conjunto de Ciberdefensa. En el ciberespacio hay que estar alerta 24 horas al día, 7 días a la semana y 365 días al año», explica el secretario general del PP Teodoro García Egea, quien ha impulsado este proyecto junto a la diputada Ana Vázquez Blanco.

Según fuentes del Congreso consultadas, la creación de la ciberreserva española cuenta con el apoyo de la mayor parte de los partidos.

La iniciativa popular propone que los ciudadanos que quieran formar parte de este cuerpo se vinculen de forma temporal y voluntaria a las Fuerzas Armadas por medio del mencionado compromiso de disponibilidad. Antes, estos voluntarios tendrían que superar un periodo de formación y, en función de sus cualidades profesionales, se les encargará una labor concreta. Las labores de apoyo no exigirán un desplazamiento físico, se podrá operar desde casa en función de las necesidades y, por primera vez, no será obligatorio el uso de medios de la propia Administración en una labor de Defensa.

Esta Proposición de Ley, que toma muchas medidas de la Reserva Voluntaria tradicional, propone un acceso a los españoles de entre 18 y 58 años. En principio, bajo un compromiso de cuatro años, periodo que sería prorrogable. Esta labor para con el Estado tendría la consideración de permiso retribuido, previo acuerdo con las empresas.

La ciberreserva ya cuenta con el respaldo público de las Fuerzas Armadas. El pasado mes de noviembre el general de División Carlos Gómez López de Medinadeclaró como jefe de Mando Conjunto de Ciberdefensa (MCCD) en la Comisión de Seguridad Nacional del Congreso que «el defender al Estado» sería el «banderín de enganche» para este proyecto. Lo que necesitamos es «talento», recalcó.

Si esta iniciativa sale adelante, los voluntarios tendrán la condición de militar cuando se les asignen funciones de este tipo. En ese caso, se les permitiría vestir uniforme, con un distintivo específico de ciberreservista, en actos castrenses. En el campo virtual, los reservistas accederían a los empleos de alférez o alférez de fragata, sargento y soldado o marinero.

 

Fuente: El Mundo